¿Sabías que… los futuros vecinos de Nat King Cole quisieron impedirle comprar una casa por el mero hecho de ser negro?
Pues sí, corría el año 1948 y Nat King Cole, que era ya una estrella de la canción en Estados Unidos, decidió adquirir una casa en Hancock Park, una exclusiva zona residencial en Los Angeles. que, hasta aquel momento, sólo contaba con propietarios de raza blanca.
Tal fue el rechazo que originó entre los miembros de la Comunidad de Vecinos que, estos, decidieron iniciar una batalla legal para impedir la operación de compra. Para ello se basaron en varias de las cláusulas del contrato de propiedad en las que se especificaba que la casa era”solo para blancos”, y excluía expresamente de la propiedad a “cualquier persona cuya sangre no sea totalmente de raza caucásica”. Solo había una excepción, y era, que el residente no caucásico, residiese en “calidad de sirviente”. Afortunadamente, ese mismo año, el Tribunal Supremo prohibió los pactos de propiedad que discriminaban por raza.
Perdida la batalla legal, la asociación de vecinos intentó comprar la propiedad, pero tampoco obtuvieron éxito. A partir de aquí, y tras la llegada de la familia a la casa, se sucedieron las protestas de los vecinos, incluso se movilizó el Ku Klux Klan, quemaron la palabra negro en el césped de la casa y envenenaron a su perro. Pero la familia Cole resistió y estuvieron viviendo allí hasta la década de los 70.
Se cuenta que, Nat King Cole, al oír a algunos de sus vecinos decir que “no querían a ningún indeseable allí”, se dirigió a la Comunidad de Vecinos, comunicándoles que se había enterado de la intención de algún indeseable a establecerse en la zona residencial y que él se ofrecía el primero para impedirlo en caso de necesidad. Si esta anécdota es cierta hay que reconocer que no le faltaba sentido del humor al bueno de Nat King Cole.