¿Es necesario bailar con todo el mundo? (traducción)

Segunda traducción de un texto del blog The Dancing Grapevine, escrito por Laura Riva, sobre la “obligación”,  o no, de tener que bailar con todo el mundo. Precisamente, el otro día, hablaba con una follower que se había sentido muy violenta con un leader bastante agresivo e impertinente. A ver si con este texto se puede ayudar un poco a dar un paso adelante con la posibilidad de negarse a bailar con una persona si, realmente, no te apetece.

Hace unos días escribí un artículo sobre qué es ser un bailarín generoso, y hubo una pregunta que plantearon varias personas: ¿Significa ser un bailarín generoso que tengo que bailar con todo el mundo?

No, no es necesario

Ser un bailarín generoso significa dar lo mejor de ti mismo y tratar al resto de personas con respeto. Eso no significa que tengas que aceptar cada petición de baile, , correr un riesgo físico, tolerar malos comportamientos o bailar con todo el mundo. En muchas fiestas, con gran afluencia de gente, es imposible bailar con cada persona que haya en la sala.

Si nos creamos la expectativa de tener que bailar con todo el mundo y de aceptar cada petición de baile, estamos entorpeciendo nuestro propio intento de ser generosos y nuestra felicidad como bailarines. Bailar con la gente es una opción y lo mejor es tomar esa decisión con alegría y entusiasmo y no de mala gana y por obligación.

Aceptar cada baile

Algunos bailarines tienen la imposición moral de aceptar todos los bailes que se les solicita. Si ese es tu caso ¡Genial! Es una forma de ser un bailarín aceptable. Pero “aceptar siempre” no es la única forma de ser un compañero de baile encantador. Y no es necesario para sentirte como un bailarín generoso y amable.

En lugar de aceptar bailar cada vez que te lo pidan, tu objetivo debería ser enriquecer cada baile que aceptes. Si necesitas tomarte un descanso, beber agua, o simplemente no te llena la canción o la persona que te pide bailar, no hay ningún problema. Si prefieres bailar con ellos más tarde, está bien también, puedes ir tú a sacarles en otro momento. Es preferible a ser el bailarín que acepta un baile por obligación y hacer que tu pareja sienta, durante toda la canción, que es una carga para ti.

Protegerse

Asimismo, ser amable y generoso no significa que tengas que correr riesgos durante el baile. No tienes que correr el riesgo de lesionarte o destrozarte la espalda por hacer algo peligroso. Puedes ser amable y generoso sin tener que ponerte en la línea de fuego.

Piénsalo de esta manera: los principiantes pueden ser muy generosos y amables, pero, por lo general, cometen errores, al menos de vez en cuando. Sin embargo, no pensamos que sean menos generosos por no seguir un determinado movimiento o cuando cometen algún error. ¿Por qué es, de alguna forma, inaceptable que tú decidas no seguir o hacer cierto movimiento? No lo es, a eso se le llama respetar tus propios límites.

Tolerar el mal comportamiento

Como en todo lo demás, hay una línea entre ser amable y tolerar el mal comportamiento. No debes tolerar insultos, lecciones mientras bailas, magreos, acoso, o un manejo del baile peligroso. Tienes siempre la libertad de dejar de bailar con esa persona. Si se trata de un leader o una follower groseros, pedirles amablemente que no sigan con su comportamiento, pues os sentís incómodos. Si persisten en su actitud, alejarse de ellos.

En ese momento, se trata de ser generoso y respetuoso contigo mismo, no con la otra persona.

Bailar con todo el mundo

Es una noble idea querer bailar con todo el mundo pero, frecuentemente, no es posible o deseable. Eso tampoco es ningún problema. Se pude bailar solo con un grupo reducido de personas y aun así ser un bailarín generoso, siempre y cuando seas amable y respetuoso con el resto de bailarines. Tampoco tienes que disfrutar con todos los bailarines, es algo natural. Si quieres bailar una canción para resultar agradable, puedes hacerlo, pero no tiene que ser una obligación. Puedes rechazar un baile y, aun así, ser amable y generoso.

Los principiantes también pueden ser divertidos 

Siempre hay gente a la que no le gusta bailar con principiantes, no hay ningún problema, no tienes obligación de bailar con quién no quieras. Hay personas que piensan que los principiantes pueden agravar sus lesiones, aunque, personalmente, encuentro más peligrosos a los alumnos intermedios, cada uno conoce su cuerpo y tengo que respetarlo. Yo defiendo, totalmente, bailar con personas que no te puedan lesionar.

Sin embargo, si tu decisión de no bailar con principiantes es porque te resultan aburridos o poco interesantes, deberías tener en cuenta que tú fuiste principiante alguna vez. En algún momento hubo bailarines avanzados que hicieron que tu noche fuera divertida y fueron amables contigo. Divertirse con un baile no tiene que ver con lo mucho que sepas o con tu experiencia bailando sino con lo que disfrutes con tu compañero de baile. Además, ese principiante podría convertirse en tu pareja favorita dentro de unos meses o unos años. Sugeriría acoger a los principiantes como una contribución al ambiente del lugar y aprender a divertirte bailando con ellos. Es posible, créeme. Me encanta los principiantes. Son muy abiertos y carentes del ego de los bailarines avanzados y están deseando agradar a su pareja.

Hay gente que piensa que si baila con todos los principiantes, en una fiesta con mucha afluencia de bailarines, no le quedará tiempo para bailar con sus amigos. Eso tampoco tiene nada de malo ya que, si bailas forzado, no está siendo generoso contigo mismo. Debes bailar con quién quieras. Pienso que no es necesario dedicarte toda la noche a evitar a los principiantes.

Tienes que pasártelo bien saliendo una noche a bailar, sea como sea.

Quizás quieras bailar con principiantes los 30 primeros minutos. Quizás disfrutes aceptando todas las peticiones de baile que recibes. Tal vez sea comportándote amablemente con tus amigos o hablando durante un buen rato a los lados de la pista. Posiblemente sea dedicando tu tiempo a hacer que todos los principiantes se sientan bienvenidos. O, quizá, simplemente busques los bailes en los que puedes volverte loco, salvaje o apasionado.

En principio, todo es correcto. Elijas lo que elijas, lo que realmente importa, es que trates a tus compañeros con respeto, tanto si bailas con ellos como si no. No tienes que bailar con todos, pero sí tratarles como a ti te gustaría que te tratasen.

En resumidas cuentas: baila con quién te apetezca, disfruta, haz disfrutar a tu pareja de baile y no tengas miedo a decir que no, pero todo, desde el mayor de los respetos.

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